La inversión extranjera directa (IED) y la inversión extranjera de cartera (IFC) son dos de las formas más comunes para que los inversores inviertan en una economía extranjera. Si eres un inversor interesado en el mercado internacional, es fundamental comprender la diferencia entre IED y IFC, ya que las naciones con un alto nivel de IFC pueden enfrentar una mayor volatilidad del mercado y turbulencia de divisas durante tiempos de incertidumbre.

¿Qué es la Inversión Extranjera Directa (IED) y la Inversión Extranjera de Cartera (IFC)?

La IED implica la inversión de inversores extranjeros directamente en los activos productivos de otra nación. Por otro lado, la IFC se refiere a invertir en activos financieros, como acciones y bonos de entidades ubicadas en otro país. Ambos métodos de inversión extranjera son cruciales para el comercio global y el desarrollo económico. Sin embargo, la IED suele considerarse el modo preferido y menos volátil.

Ejemplos de IED y IFC

Imagina que eres un multimillonario con sede en los Estados Unidos y estás buscando tu próxima oportunidad de inversión. Tienes que decidir entre adquirir una empresa que fabrica maquinaria industrial o comprar una gran participación en una empresa similar. La primera opción es un ejemplo de inversión directa, mientras que la segunda es un ejemplo de inversión de cartera.

Si la empresa fabricante de maquinaria estuviera ubicada en México y decidieras invertir en ella, tu inversión se consideraría IED. Por otro lado, si las empresas cuyas acciones estás considerando comprar también se encuentran en México, tu adquisición de esas acciones o sus recibos de depósito americanos (ADR) se consideraría IFC.

Aunque la IED generalmente está restringida a grandes jugadores que pueden permitirse invertir directamente en el extranjero, el inversor promedio es muy probable que participe en la IFC, ya sea de manera consciente o inconsciente.

Evaluación de la Atractividad

Debido a que el capital siempre escasea y es altamente móvil, los inversores extranjeros tienen criterios estándar al evaluar la deseabilidad de un destino extranjero para la IED y la IFC, que incluyen factores económicos y políticos, incentivos para inversores extranjeros, entre otros.

Diferencias Entre IED y IFC

A pesar de que la IED y la IFC son similares en que ambas involucran inversión extranjera, existen diferencias fundamentales entre las dos. Una de las diferencias radica en el grado de control ejercido por el inversor extranjero. Los inversores de IED suelen tomar posiciones de control en empresas nacionales o empresas conjuntas y están activamente involucrados en su gestión. En cambio, los inversores de IFC son generalmente pasivos y no están activamente involucrados en las operaciones diarias y planes estratégicos de las empresas nacionales.

Otra diferencia importante es que los inversores de IED deben adoptar un enfoque a largo plazo para sus inversiones, ya que puede llevar años desde la planificación hasta la implementación del proyecto. Por otro lado, los inversores de IFC pueden tener un horizonte de inversión más corto, especialmente cuando la economía local enfrenta turbulencias.

Por último, los inversores de IED no pueden liquidar fácilmente sus activos y abandonar una nación, ya que estos activos pueden ser muy grandes y bastante ilíquidos. Los inversores de IFC pueden salir de una nación literalmente con unos pocos clics, ya que los activos financieros son altamente líquidos y se negocian ampliamente.

Pros y Contras de IED y IFC

Tanto la IED como la IFC son fuentes importantes de financiamiento para la mayoría de las economías. El capital extranjero puede utilizarse para desarrollar infraestructura, establecer instalaciones de fabricación y servicios, e invertir en otros activos productivos, lo que contribuye al crecimiento económico y estimula el empleo.

Sin embargo, la IED es claramente el camino preferido por la mayoría de las naciones para atraer inversión extranjera, ya que es mucho más estable que la IFC y señala un compromiso a largo plazo. Por otro lado, la IFC tiende a tener un grado mucho mayor de volatilidad que la IED, lo que puede agravar los problemas económicos durante los tiempos de incertidumbre.

Tendencias Recientes

Según datos de 2020, China es el principal receptor de IED a nivel mundial, habiendo atraído $163 mil millones en flujos de entrada, en comparación con los $134 mil millones atraídos por los Estados Unidos. Este cambio significativo con respecto a 2019, cuando los Estados Unidos recibieron $251 mil millones en flujos y China $140 mil millones.

La IED como porcentaje del producto interno bruto (PIB) es un buen indicador de la atractividad de una nación como destino de inversión a largo plazo. La economía china es actualmente más pequeña que la de Estados Unidos, pero la IED como porcentaje del PIB es del 0.24% para China hasta 2023, en comparación con el 1.27% de los Estados Unidos. Para economías más pequeñas y dinámicas como Singapur o Chipre, la IED como porcentaje del PIB es significativamente más alta.

Señales de Advertencia para los Inversores

Los inversores deben ser cautelosos al invertir fuertemente en naciones con altos niveles de IFC y fundamentos económicos deteriorados. La incertidumbre financiera puede hacer que los inversores extranjeros salgan del país, lo que ejerce presión a la baja sobre la moneda nacional y conduce a la inestabilidad económica.

La crisis asiática de 1997 sigue siendo el ejemplo por excelencia de dicha situación. La caída de monedas como la rupia india y el rupiah indonesio en el verano de 2013 es otro ejemplo del caos causado por los flujos de “dinero caliente” que salen del país.

Conclusión

A pesar de que la IED y la IFC pueden ser fuentes de capital muy necesarias para una economía, la IFC es mucho más volátil, y esta volatilidad puede agravar los problemas económicos durante los tiempos de incertidumbre. Dado que esta volatilidad puede tener un impacto negativo significativo en sus carteras de inversión, los inversores minoristas deben familiarizarse con las diferencias entre estas dos fuentes clave de inversión extranjera.