Al cambiar de trabajo, es importante decidir qué hacer con el dinero en tu plan 401(k). Tienes cuatro opciones para elegir y cada una tiene sus propias reglas que debes seguir para maximizar tus ahorros de jubilación en el futuro. Estas opciones incluyen:

1. Traspasar los activos a una cuenta de jubilación individual (IRA)

Al traspasar los activos a una IRA, obtendrás más opciones de inversión que con un 401(k). Puedes optar por una IRA tradicional o Roth, dependiendo de tu situación con tu 401(k) actual. Las IRA tienen tarifas más bajas y permiten una amplia variedad de activos, como acciones, bonos, fondos mutuos, ETFs, e incluso bienes raíces.

2. Traspasar tu 401(k) a un nuevo plan 401(k)

Si tu nuevo empleador permite traspasos inmediatos a su plan 401(k), esta puede ser una buena opción. Podrás contribuir más anualmente a un 401(k) que a una IRA, y tendrás la posibilidad de continuar invirtiendo en el nuevo plan y recibir aportes de la empresa.

3. Mantener tu 401(k) con tu antiguo empleador

Si tu antiguo empleador permite dejar tus fondos en su 401(k) después de irte, esta opción puede ser beneficiosa si tu nuevo empleador no ofrece un plan tan ventajoso o si el plan actual ha tenido buen rendimiento. Además, tendrás ventajas fiscales y protección legal.

4. Retirar tu 401(k)

Retirar tu 401(k) suele ser un error debido a las altas tasas impositivas y penalizaciones por retiro anticipado. Esta opción debe reservarse para emergencias y debe evitarse siempre que sea posible.

Cuando decidas qué hacer con tu 401(k), considera los impuestos, tarifas y penalizaciones asociadas con cada opción, así como las oportunidades de inversión. Es importante tomar una decisión informada para proteger tus ahorros de jubilación y maximizar su crecimiento a largo plazo.