Una década después de recibir un rescate gubernamental por valor de unos $150 mil millones, la American International Group Inc., mejor conocida como AIG (NYSE: AIG), todavía está en pie y ya no se considera una amenaza para la estabilidad financiera de los Estados Unidos.

¿Por qué AIG llegó a ser considerada un gigante caído?

Casi una década después de que se le otorgara un rescate gubernamental por valor de unos $150 mil millones, el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera de Estados Unidos (FSOC) votó para eliminar a AIG de su lista de instituciones consideradas riesgos sistémicos, o en términos populares, “demasiado grandes para caer”. En 2013, la compañía reembolsó la última cuota de su deuda a los contribuyentes, y el gobierno de Estados Unidos renunció a su participación en AIG.

Entendiendo cómo AIG pudo haber caído

A lo largo de décadas, AIG fue un gigante global en el negocio de seguros. Pero en septiembre de 2008, la empresa estuvo al borde del colapso. El epicentro de la crisis estaba en una oficina en Londres, donde una división de la empresa llamada AIG Financial Products (AIGFP) casi provoca la caída de un pilar del capitalismo estadounidense.

La división de AIGFP vendía seguros contra pérdidas de inversión. Una póliza típica podría asegurar a un inversor contra cambios en las tasas de interés u otro evento que pudiera tener un impacto adverso en la inversión.

Pero a finales de la década de 1990, AIGFP descubrió una nueva forma de ganar dinero.

Cómo la burbuja inmobiliaria destrozó a AIG

Un producto financiero conocido como una obligación de deuda garantizada (CDO, por sus siglas en inglés) se convirtió en el favorito de bancos de inversión y otras grandes instituciones a principios de la década de 2000. Los CDO agrupan diversos tipos de deuda, desde la más segura hasta la más riesgosa, en un solo paquete para vender a los inversores. Los diversos tipos de deuda se conocen como tramos.

Muchas instituciones grandes que tenían valores respaldados por hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés) crearon CDO, con tramos llenos de préstamos subprime. Es decir, eran hipotecas otorgadas durante la burbuja inmobiliaria a personas no calificadas para pagarlas.

AIGFP decidió aprovechar la tendencia. Aseguraría CDO contra el incumplimiento a través de un producto financiero conocido como un swap de incumplimiento crediticio. Las posibilidades de tener que pagar este seguro parecían altamente improbables.

Una gran parte de los CDO asegurados estaban en forma de hipotecas agrupadas, con los tramos de menor calificación compuestos por préstamos subprime. AIG creía que los incumplimientos en estos préstamos serían insignificantes.

Un desastre en cadena

En 2007, los embargos hipotecarios aumentaron a niveles alarmantes y AIG tuvo que pagar lo que había prometido cubrir. La división AIGFP terminó incurriendo en alrededor de $25 mil millones en pérdidas. Problemas contables dentro de la división empeoraron las pérdidas. Esto, a su vez, redujo la calificación crediticia de AIG, obligando a la empresa a presentar garantías para sus tenedores de bonos. Eso hizo que la situación financiera de la compañía fuera aún más precaria.

Estaba claro que AIG estaba en peligro de insolvencia. Para prevenirlo, el gobierno federal intervino. Pero, ¿por qué se salvó a AIG por el gobierno mientras que otras compañías afectadas por la crisis crediticia no lo fueron?

Demasiado grandes para caer

En pocas palabras, AIG era considerada demasiado grande para caer. Un gran número de fondos mutuos, fondos de pensiones y fondos de cobertura invirtieron en AIG o estaban asegurados por ella, o ambas cosas.

En particular, los bancos de inversión que tenían CDO asegurados por AIG estaban en riesgo de perder miles de millones. Por ejemplo, informes de medios indicaron que Goldman Sachs Group, Inc. (NYSE: GS) tenía $20 mil millones vinculados a varios aspectos del negocio de AIG, aunque la firma negó esa cifra.

Los fondos del mercado monetario, generalmente vistos como inversiones seguras para el inversor individual, también estaban en riesgo, ya que muchos habían invertido en bonos de AIG. Si AIG colapsaba, enviaría ondas de choque a través de los mercados monetarios ya inestables, ya que millones de personas perderían dinero en inversiones que se suponía eran seguras.

¿AIG está financieramente estable?

Sí, AIG se considera financieramente estable. Fitch Ratings otorgó a la gigante del seguro una calificación A+ (fuerte), citando los esfuerzos plurianuales de AIG para cambiar su mezcla de negocios y la administración de gastos, así como “un entorno de precios de seguro comercial más favorable”.