Beijing y el Puerto Financiero Mantienen Dos Sistemas Bajo una Misma Bandera
Revisado por Thomas Brock
Verificado por Michael Rosenston
Cuando un ciudadano de la China continental viaja a Hong Kong, necesitará su pasaporte, probablemente querrá cambiar sus yuanes a dólares de Hong Kong, y deberá estar preparado para cumplir con leyes que a menudo son significativamente diferentes a las del continente.
¿Qué Sucede en Hong Kong y el Mainland China?
El sofisticado sistema financiero de Hong Kong, ubicado en un horizonte de relucientes rascacielos, procesa trillones de activos bajo un marco regulador distinto del de China continental. Como región administrativa especial (SAR), Hong Kong mantiene su propia moneda, opera su propia bolsa de valores (una de las más grandes del mundo) y funciona con leyes fiscales diferentes, todo bajo sistemas desarrollados durante 156 años de dominio británico que terminó en 1997.
Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) de Hong Kong representa solo alrededor del 2% de la economía total de China, sus mercados financieros y su sector bancario internacional tienen un peso considerable en los flujos de comercio e inversión global del país. El territorio tiene anualmente alrededor de $600 mil millones en comercio bilateral con China continental, resaltando su importancia continua como intermediario financiero entre China y los mercados globales.
¿Por Qué es Importante?
La economía de Hong Kong se caracteriza por tasas impositivas bajas, comercio libre e interferencia gubernamental limitada. Por otro lado, los mercados bursátiles chinos continentales son más conservadores y restrictivos que los de Hong Kong. Tanto la Bolsa de Shanghai como la de Hong Kong están entre las más grandes del mundo.
Diferencias Clave
- Hong Kong tiene un sistema económico de mercado caracterizado por tasas impositivas bajas, comercio libre y regulaciones financieras independientes.
- Las bolsas de valores de China continental son más restrictivas con requisitos financieros más altos.
Historia de las Relaciones entre Hong Kong y China
La relación de Hong Kong con China continental ha involucrado complejas interacciones políticas y económicas a lo largo de los siglos. La historia moderna del territorio comenzó durante la Primera Guerra del Opio, cuando Gran Bretaña tomó la Isla de Hong Kong en 1841. Al año siguiente, China lo cedió formalmente a Gran Bretaña en el Tratado de Nankín. El control británico se amplió con la adición de la Península de Kowloon en 1860 después de la Segunda Guerra del Opio.
Durante el dominio británico (1841-1997), Hong Kong se convirtió en un importante puerto comercial y eventualmente en un centro financiero global. La colonia funcionó bajo la ley común británica, desarrolló instituciones financieras al estilo occidental y estableció prácticas comerciales internacionales que luego la distinguirían del sistema socialista de China continental.
Gran Bretaña negoció un arrendamiento de 99 años de su colonia de Hong Kong con China en 1898. Ese arrendamiento terminó en 1997 cuando Gran Bretaña devolvió Hong Kong a China, convirtiéndose en la SAR de Hong Kong de la República Popular China.
Integración Económica
La relación entre Hong Kong y China continental refleja uno de los experimentos económicos más únicos del mundo. Mientras opera bajo soberanía china, Hong Kong mantiene sistemas financieros, monetarios y legales distintos que la distinguen de la economía de mercado socialista de China continental.
Este arreglo ha evolucionado enormemente desde la devolución de 1997: la importancia económica de Hong Kong para China ha disminuido de representar una quinta parte del PIB de China a tan solo el 2%. Sin embargo, su papel simplemente se ha desplazado, no desaparecido. El territorio sigue sirviendo como una crucial puerta de entrada financiera, combinando experiencia bancaria internacional, certeza legal y servicios financieros sofisticados con un profundo conocimiento del mercado chino.
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