Revisado por Chip Stapleton. Revisado por Chip Stapleton. Los contadores consideran trabajos en curso (WIP), que son materiales y bienes parcialmente terminados que esperan ser completados, como activos corrientes, porque existe una expectativa razonable de que dichos elementos se convertirán en productos comercializables que potencialmente pueden convertirse en efectivo dentro de un año. Los activos corrientes contrastan con los activos no corrientes como los pagarés a largo plazo y los activos intangibles como las patentes.

Entendiendo los Activos Corrientes

En contabilidad financiera, los activos corrientes incluyen cualquier ítem del balance general que una empresa puede convertir en efectivo dentro de un año. Esta conversión debe efectuarse durante el curso de las operaciones comerciales habituales. Por lo tanto, las quiebras y otros eventos de liquidación no calificarían como activos corrientes. Los activos corrientes comunes en el balance general incluyen:

  • Existencias de inventario
  • Reservas de efectivo
  • Pagarés a corto plazo
  • Gastos pagados por anticipado
  • Valores negociables

Un Ejemplo de un Trabajo en Progreso

El trabajo en progreso puede entenderse fácilmente en el contexto del proceso de fabricación. Imagina un almacén donde se utiliza madera para crear mesas, sillas y otros muebles de madera. Aunque la madera llega como material crudo, con el tiempo, las piezas de madera se dimensionan, cortan, pulen y ensamblan. Por lo tanto, las piezas de madera no alteradas se consideran WIP, ya que eventualmente se convertirán en bienes terminados vendibles, dentro del plazo de un año. Estos productos comercializables resultarán en efectivo o cuentas por cobrar. En ambos escenarios, los contadores considerarían el WIP como un activo corriente en un balance general.