Con miles de acciones, bonos y fondos mutuos para elegir, la selección de las inversiones correctas puede confundir incluso al inversor más experimentado. Pero si no lo haces correctamente, puedes socavar tu propia capacidad para construir riqueza y un nido de jubilación. ¿Cuál es la mejor estrategia? En lugar de elegir acciones individualmente, debes comenzar por decidir qué combinación de acciones, bonos y fondos mutuos deseas tener. Esto se conoce como tu asignación de activos. En este artículo, discutiremos la asignación de activos y cinco de las cosas más importantes que necesitas saber sobre esta técnica.

¿Qué es la Asignación de Activos?

La asignación de activos es una técnica de cartera de inversión que busca equilibrar el riesgo al dividir los activos entre categorías principales como efectivo, bonos, acciones, bienes raíces y derivados. Cada clase de activo tiene diferentes niveles de retorno y riesgo, por lo que cada uno se comportará de manera diferente con el tiempo.

Por ejemplo, mientras una categoría de activos aumenta de valor, otra puede disminuir o puede no aumentar tanto. Algunos críticos ven este equilibrio como una receta para rendimientos mediocres, pero para la mayoría de los inversores, es la mejor protección contra una pérdida importante en caso de que algo salga mal en una clase de inversión o subclase.

El consenso entre la mayoría de los profesionales financieros es que la asignación de activos es una de las decisiones más importantes que los inversores toman. En otras palabras, tu selección de acciones o bonos es secundaria a la manera en que asignas tus activos a acciones de alto y bajo riesgo, bonos a corto y largo plazo, y efectivo.

Lo Importante

La mayoría de los profesionales financieros creen que la asignación de activos es una de las decisiones más importantes que los inversores pueden tomar.

No hay una fórmula simple que pueda encontrar la asignación de activos correcta para cada individuo. Sin embargo, podemos destacar cinco puntos que consideramos importantes al pensar en la asignación de activos.

1. Riesgo vs. Retorno

El equilibrio entre riesgo y retorno es lo que trata fundamentalmente la asignación de activos. Es fácil para todos decir que quieren el mayor rendimiento posible, pero simplemente elegir los activos con el mayor potencial, como acciones y derivados, no es la respuesta. Los colapsos de 1929, 1981, 1987 y los declives más recientes luego de la crisis financiera global entre 2007 y 2009 son ejemplos de momentos en los que invertir solo en acciones con el mayor potencial de retorno no fue el plan más prudente. Es hora de enfrentar la verdad: Cada año, tus rendimientos serán superados por otro inversor, fondo mutuo, plan de pensiones, etc. Lo que diferencia a los inversores codiciosos y ávidos de retornos de los exitosos es la capacidad de evaluar la relación entre riesgo y retorno.

Sí, los inversores con una mayor tolerancia al riesgo deben asignar más dinero a acciones. Pero si no puedes permanecer invertido a través de las fluctuaciones a corto plazo de un mercado bajista, deberías reducir tu exposición a acciones.

2. Software y Hojas de Planificación

El software de planificación financiera y las hojas de cálculo diseñadas por asesores financieros o firmas de inversión pueden ser beneficiosos, pero nunca confíes únicamente en el software o algún plan preestablecido. Por ejemplo, una regla básica que algunos asesores utilizan para determinar la proporción que una persona debería asignar a acciones es restar la edad de la persona de 100. En otras palabras, si tienes 35 años, deberías colocar el 65% de tu dinero en acciones y el 35% restante en bonos, bienes raíces y efectivo. Consejos más recientes han cambiado a 110 o incluso 120 menos tu edad.

Pero las hojas de trabajo estándar a veces no tienen en cuenta otra información importante como si eres padre, jubilado o cónyuge. Otras veces, estas hojas de trabajo se basan en un conjunto de preguntas simples que no capturan tus metas financieras.

Recuerda, las instituciones financieras aman encasillarte en un plan estándar no porque sea lo mejor para ti, sino porque es fácil para ellos. Las reglas básicas y hojas de planificación pueden dar a las personas una guía aproximada, pero no te limites a lo que te dicen.

3. Conoce tus Metas

Todos tenemos metas. Ya sea que aspiras a construir un fondo de jubilación sólido, ser dueño de un yate o casa de vacaciones, pagar la educación de tu hijo o simplemente ahorrar para un coche nuevo, debes considerarlo en tu plan de asignación de activos. Todas estas metas deben tenerse en cuenta al determinar la mezcla adecuada.

Por ejemplo, si planeas ser dueño de un condominio de retiro en la playa en 20 años, no tienes que preocuparte por las fluctuaciones a corto plazo en el mercado de valores. Pero si tienes un hijo que ingresará a la universidad en cinco o seis años, es posible que necesites inclinar tu asignación de activos hacia inversiones más seguras de renta fija. Y a medida que te acerques a la jubilación, es posible que desees cambiar a una mayor proporción de inversiones de renta fija respecto a las acciones.

4. El Tiempo es tu Mejor Amigo

El Departamento de Trabajo de EE.UU. ha dicho que por cada 10 años que retrases el ahorro para la jubilación u otro objetivo a largo plazo, debes ahorrar tres veces más cada mes para ponerte al día.

Contar con tiempo no solo te permite aprovechar el capitalización y el valor temporal del dinero, sino que también significa que puedes poner más de tu cartera en inversiones de mayor riesgo/retorno, es decir, acciones. Un par de años malos en el mercado de valores probablemente se mostrarán como nada más que un insignificante bache 30 años desde ahora.

5. ¡Sólo hazlo!

Una vez que determines la mezcla adecuada de acciones, bonos y otras inversiones, es hora de implementarla. El primer paso es descubrir cómo se desglosa tu cartera actual.

Es bastante sencillo ver el porcentaje de activos en acciones versus bonos, pero no olvides categorizar qué tipo de acciones posees: pequeñas, medianas o grandes. También debes categorizar tus bonos según su vencimiento: corto, medio o largo plazo.

Los fondos mutuos pueden ser más problemáticos. Los nombres de los fondos no siempre cuentan toda la historia. Debes profundizar en el prospecto para averiguar dónde están invertidos los activos del fondo.

La Conclusión

No hay una solución única para asignar tus activos. Los inversores individuales requieren soluciones individuales. Además, si un horizonte a largo plazo no es algo que tengas, no te preocupes. Nunca es tarde para comenzar. Tampoco es tarde para darle una renovación a tu cartera existente. La asignación de activos no es un evento único, es un proceso de progresión y ajuste continuo a lo largo de la vida.