La bancarrota es una herramienta legal que puede proporcionar un nuevo comienzo a aquellas personas abrumadas por deudas, ya sea a través de la liquidación (Capítulo 7) o la reorganización (Capítulo 13). Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las deudas pueden ser liberadas a través de la bancarrota, y algunos tipos de deudas son más difíciles de descartar que otros. A continuación, profundizaremos en qué tipos de deuda no pueden ser aliviados mediante la bancarrota, y por qué es importante entender esta distinción para aquellos considerando este proceso.
¿Qué tipos de deuda no son aliviados en la bancarrota?
Algunos tipos de deudas no pueden ser descargadas en la bancarrota, entre ellas:
- Alimentos para hijos y pensiones alimenticias.
- Impuestos impagos específicos, como gravámenes fiscales.
- Deudas por daños a personas o propiedad de forma deliberada y maliciosa.
Es importante tener en cuenta que si no se menciona una deuda en el proceso de bancarrota, ésta no será aliviada. La deuda de impuestos sobre la renta puede ser descargada solo en casos excepcionales. Es fundamental comprender estos detalles al considerar la bancarrota como una opción para sanear tus finanzas.
Capítulo 7 vs. Capítulo 13
El Capítulo 7 y el Capítulo 13 son los dos tipos más comunes de bancarrota personal. En el Capítulo 7, un administrador designado por el tribunal de bancarrota venderá muchos de tus activos para pagar a tus acreedores una parte de lo que les debes. Por otro lado, en el Capítulo 13, te comprometes a repagar una porción acordada de tus deudas durante un período de tres a cinco años. La diferencia entre estos dos enfoques radica en cómo se repagan las deudas y qué activos se pueden retener.
Es fundamental entender las implicaciones y requisitos de cada tipo de bancarrota antes de proceder, ya que la elección entre el Capítulo 7 y el Capítulo 13 puede tener un impacto significativo en tus finanzas a corto y largo plazo.
Deudas nunca descargadas en la bancarrota
Si bien el objetivo de la bancarrota es liberarte de deudas que no puedes pagar, ciertas deudas no son elegibles para ser descargadas. Por ejemplo, deudas por alimentos para hijos o daños causados de forma maliciosa a personas o propiedades no son eliminadas mediante el proceso de bancarrota. Esto resalta la importancia de comprender qué deudas se pueden aliviar y cuáles persistirán aún después del proceso de bancarrota.
Deuda que es difícil de descargar en la bancarrota
La deuda fiscal, como los impuestos sobre la renta, es difícil de descargar en la bancarrota. Sin embargo, existen alternativas, como llegar a un acuerdo con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) para establecer un plan de pago o de reducción de la deuda. Entender estas opciones puede ser crucial para quienes enfrentan dificultades financieras y buscan soluciones viables sin recurrir a la bancarrota.
Alternativas a la bancarrota para el alivio de deudas
Es importante explorar otras opciones de alivio de deudas antes de declarar la bancarrota, ya que esta última puede tener consecuencias significativas en tu historial crediticio y tu capacidad futura para obtener préstamos o tarjetas de crédito. Negociar directamente con tus acreedores o buscar la asesoría de una empresa confiable de alivio de deudas pueden ser pasos prudentes antes de recurrir a la bancarrota.
¿Es mejor reclamar bancarrota o llegar a un acuerdo de deuda?
Tanto la liquidación de deudas como la bancarrota pueden ayudarte a comenzar de nuevo al eliminar deudas que no puedes pagar. Sin embargo, es crucial entender las implicaciones a largo plazo en tu historial crediticio y tu capacidad de endeudamiento antes de tomar una decisión. Considerar todas las opciones y consultar con un asesor financiero profesional puede ser clave para tomar la mejor decisión en tu situación particular.
En resumen, la bancarrota puede brindar un alivio significativo a aquellos que enfrentan deudas abrumadoras, pero es fundamental comprender qué deudas pueden ser descargadas, cuáles persistirán y cómo afectará tu situación financiera en el futuro. Al tomar decisiones financieras importantes como esta, la asesoría profesional y la educación adecuada son herramientas valiosas para garantizar una recuperación financiera sólida y sostenible.
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