Una de las decisiones clave que debes tomar en relación con tu plan de jubilación es elegir entre un Roth 401(k) y un 401(k) tradicional. Ambas cuentas son planes patrocinados por el empleador para el ahorro de jubilación, pero difieren en términos de cómo se gravan las contribuciones y retiros. Comprender las diferencias entre estos dos tipos de cuentas es fundamental para tomar la mejor decisión financiera para tu futuro.

¿Qué son un Roth 401(k) y un 401(k) tradicional?

Un Roth 401(k) y un 401(k) tradicional son planes patrocinados por el empleador para el ahorro de jubilación. Los empleados pueden contribuir a ambas cuentas, y los empleadores tienen la opción de igualar una parte de la contribución del empleado. La diferencia clave entre las dos cuentas radica en cómo se gravan. Las contribuciones del empleado a un Roth 401(k) se hacen con dólares después de impuestos, mientras que las contribuciones a un 401(k) tradicional se realizan con dólares antes de impuestos. Independientemente del tipo de cuenta, todas las contribuciones del empleador se realizan con dólares antes de impuestos.

Contribuciones y Tratamiento Fiscal

Las contribuciones a un Roth 401(k) y a un 401(k) tradicional se deducen de los salarios de los empleados y se depositan en las cuentas correspondientes. En el caso de un Roth 401(k), las contribuciones se realizan con dólares después de impuestos, lo que significa que se pagarán impuestos sobre esas contribuciones. En un 401(k) tradicional, las contribuciones se realizan con dólares antes de impuestos, lo que significa que no se pagarán impuestos sobre ese dinero hasta que se retire.

El límite máximo de contribución para ambos planes 401(k) es de $23,000 en 2024. Si tienes 50 años o más, puedes realizar una contribución adicional de $7,500, lo que eleva la contribución máxima total a $30,500.

Ventajas y Desventajas Fiscales

Un Roth 401(k) ofrece la ventaja de que las ganancias no son gravadas, mientras que un 401(k) tradicional permite deducir las contribuciones del ingreso bruto del año, reduciendo la cantidad de impuestos que se pagan en el año actual. Por otro lado, un Roth 401(k) tiene la desventaja de que las contribuciones se realizan con dólares después de impuestos, por lo que se pagará impuestos sobre ese dinero en el momento de realizar la contribución. En un 401(k) tradicional, tanto las contribuciones como las ganancias serán gravadas al retirarse.

Retiros e Implicaciones Fiscales

Los retiros de un 401(k) difieren según el tipo de cuenta. En un 401(k) tradicional, se pagarán impuestos sobre la renta (federal y posiblemente estatal) de los fondos retirados. Esto incluye las contribuciones y las ganancias. Por otro lado, en un Roth 401(k), todos los retiros, incluidas las ganancias, son libres de impuestos, siempre que sean una “distribución calificada”.

Una distribución calificada es una retirada de un plan de jubilación calificado que cumple con ciertas condiciones y restricciones del IRS.

Independientemente del tipo de cuenta, si retiras dinero de tu 401(k) antes de los 59 años y medio, deberás pagar una penalización del 10% por distribución anticipada. En un 401(k) tradicional, debes comenzar a tomar las distribuciones mínimas requeridas a los 73 años. No hay requisito de distribución mínima en un Roth 401(k) siempre que el titular de la cuenta esté vivo. Sin embargo, el requisito de RMD se aplica a cualquier beneficiario del Roth 401(k).

Decisiones de Conversión y Transferencias

Si tienes un 401(k) tradicional y deseas un Roth 401(k), es posible que puedas convertir tu cuenta existente. Tu empleador debe ofrecer un Roth 401(k) para que puedas convertir tu 401(k) tradicional. Además, si tu empleador iguala las contribuciones a tu 401(k), seguirás necesitando un 401(k) tradicional para las contribuciones de tu empleador. Si cambias de trabajo y tu nuevo empleador ofrece un 401(k), puedes transferir el dinero al nuevo plan siempre que acepte transferencias.

Decidir entre un Roth 401(k) y un 401(k) tradicional depende de varios factores, incluyendo tus objetivos financieros, tu situación fiscal y tus planes de jubilación. Consultar con un asesor financiero puede ayudarte a tomar la mejor decisión para tu situación financiera y tus metas a largo plazo.