En el mundo de las inversiones, decidir cuándo comprar una acción a veces puede ser más fácil que saber cuándo venderla. Las recomendaciones de compra son frecuentes y provienen de una amplia variedad de fuentes, como boletines de inversión, analistas, corredores de bolsa y gestores de inversiones. Sin embargo, pocos ofrecen mucho consejo sobre cuál es el mejor momento para vender una acción. Aquí tienes cinco consejos sobre cuándo podría ser el momento de vender.

Por qué es importante saber cuándo vender

Conocer cuándo vender una inversión es tan importante como saber cuándo comprar. Hay varias buenas razones para vender tus participaciones, incluyendo asegurar ganancias en el momento adecuado o detener pérdidas antes de que se vuelvan demasiado grandes. Tener en cuenta tanto indicadores fundamentales como técnicos, como un objetivo de precio de la acción, así como vigilar las acciones corporativas y las noticias, es clave para calcular el momento de salir.

1. Alcanza tu objetivo de precio

Cuando inicialmente se compra una acción, los inversores astutos establecen un objetivo de precio, o al menos un rango en el que considerarían vender la acción. Cada compra de acciones también debe incluir un análisis sobre cuánto vale la acción, y el precio actual idealmente debería estar con un descuento sustancial respecto a este valor estimado. Por ejemplo, vender una acción cuando duplica su precio es un objetivo valioso e implica que el inversor cree que está infravalorada en un 50%.

“Es difícil para incluso el inversor más experimentado establecer un único objetivo de precio. En lugar de eso, un rango es más realista, al igual que decidir vender la posición mientras sube para asegurar ganancias”.

2. Deterioro en los fundamentos

Además de hacer un seguimiento del precio de las acciones de una empresa después de establecer un objetivo de precio, monitorear el rendimiento del negocio subyacente es importante. Una razón clave para vender es si los fundamentos del negocio disminuyen. En un mundo ideal, un inversor se dará cuenta de un deterioro en las ventas, márgenes de beneficio, flujo de efectivo u otros fundamentos operativos clave antes de que el precio de la acción comience a disminuir. Analistas más experimentados pueden profundizar en los estados financieros, como las notas a pie de página de los informes, que otros inversores son más propensos a pasar por alto.

3. Aparece una oportunidad mejor

El costo de oportunidad son los beneficios potenciales que un inversor pierde al elegir una alternativa sobre otra. Antes de comprar una acción, siempre compárala con las ganancias potenciales que podrían obtenerse al poseer una acción diferente. Si esa alternativa es mejor, entonces tiene sentido vender la posición actual y comprar la otra.

“Identificar con precisión el costo de oportunidad es extremadamente difícil, pero podría incluir invertir en un competidor si tiene perspectivas de crecimiento igualmente convincentes y cotiza a una valoración más baja, como un múltiplo precio-ganancias menor”.

4. Después de una fusión

El promedio del prima de adquisición, o precio al que una empresa es comprada, generalmente oscila entre el 20 y el 40%. Si un inversor tiene la suerte de poseer una acción que acaba siendo adquirida por una prima significativa, la mejor opción puede ser venderla. Puede haber méritos en seguir poseyendo la acción después de que se concrete la fusión, como si la posición competitiva de las empresas combinadas mejora sustancialmente.

“No obstante, las fusiones tienen un historial pobre de éxito. Además, puede llevar muchos meses completar un acuerdo. Por lo tanto, desde la perspectiva del costo de oportunidad, puede tener sentido encontrar una oportunidad de inversión alternativa con un mayor potencial al alza”.

5. Después de la bancarrota

En la gran mayoría de los casos, una empresa en quiebra se vuelve sin valor para los accionistas. Sin embargo, por motivos fiscales, es importante vender o materializar la pérdida para poder compensar futuras ganancias de capital y un pequeño porcentaje de ingresos regulares cada año.

“Vender una acción justo después de la bancarrota a menudo resultará en una gran pérdida, pero aún puedes recuperar algunos centavos por dólar”.

Conclusión

La decisión de vender una acción es de hecho una combinación de arte y ciencia. Hay varias consideraciones que hacer, como las mencionadas anteriormente, al decidir si las ganancias de una acción han alcanzado su límite o si es probable que continúen. Una estrategia sensata es vender a medida que una acción sube para asegurar ganancias con el tiempo y vender en pérdidas para evitar que se salgan de control.