Correr la hipoteca si comprar una propiedad inmobiliaria es el objetivo de la mayoría de los compradores. Para ello, es necesario pasar por el proceso de precalificación o preaprobación. Aunque muchas personas utilizan ambos términos indistintamente, es importante entender las diferencias entre ellos y cómo pueden influir en la compra de una vivienda.

¿Qué es la precalificación?

La precalificación es el primer paso para solicitar una hipoteca. En este proceso, el comprador proporciona al banco o prestamista una imagen general de su situación financiera, incluyendo sus deudas, ingresos y activos. El prestamista revisa toda esta información y ofrece una estimación de cuánto dinero el comprador podría recibir.

Este proceso es rápido y puede realizarse por teléfono o en línea, sin costos adicionales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la precalificación no incluye un análisis detallado del informe crediticio ni un estudio exhaustivo de la capacidad del comprador para adquirir una vivienda.

¿Qué es la preaprobación?

La preaprobación es el siguiente paso, y es mucho más completo que la precalificación. En este proceso, el comprador debe completar una solicitud de hipoteca oficial y proporcionar al prestamista toda la documentación necesaria para realizar una revisión detallada de su historial crediticio y financiero.

El prestamista ofrecerá una preaprobación por un monto específico, y se le dará al comprador una idea más precisa de la tasa de interés que se le cobrará. Algunos prestamistas permiten a los compradores bloquear una tasa de interés o cobrar una tarifa de solicitud por la preaprobación.

La preaprobación otorga a los compradores una ventaja al buscar viviendas dentro del rango de precio especificado. Además, demuestra al vendedor que el comprador tiene una oferta seria y está más cerca de obtener una hipoteca real.

¿Cuál es la diferencia?

La principal diferencia entre la precalificación y la preaprobación es que la precalificación se basa en la información proporcionada por el comprador, mientras que la preaprobación implica una revisión minuciosa y verificación de esa información. La precalificación es solo una estimación, mientras que la preaprobación es un compromiso condicional del prestamista para otorgar la hipoteca.

En resumen, la precalificación es el primer paso para determinar cuánto dinero se puede obtener, mientras que la preaprobación es un paso más avanzado que brinda una mejor idea de la cantidad exacta de la hipoteca y la tasa de interés.

¿Qué es mejor?

No es obligatorio obtener tanto la precalificación como la preaprobación, pero hacerlo puede ser beneficioso para los compradores. Al completar ambos procesos, es posible tener una idea más clara de cuánto se puede gastar en una vivienda y evitar perder tiempo buscando propiedades que estén fuera del presupuesto.

Además, la preaprobación muestra a los vendedores que el comprador es serio y está dispuesto a cerrar la transacción rápidamente. Esto puede ser especialmente ventajoso en un mercado competitivo, donde los vendedores pueden preferir negociar con compradores preaprobados.

En resumen, tanto la precalificación como la preaprobación son pasos importantes en el proceso de obtención de una hipoteca. Conocer las diferencias entre ambas puede ayudar a los compradores a tomar decisiones informadas y avanzar más fácilmente en el proceso de compra de una vivienda.