El proceso de testamento es un mecanismo legal destinado a autenticar y validar el testamento de una persona fallecida, lo que implica la revisión de sus activos y la determinación de sus herederos. En muchos casos, este proceso conocido como probate no es necesario, salvo cuando el patrimonio de la persona fallecida tiene un gran valor, lo que puede convertirlo en un procedimiento largo, complicado y costoso.

¿Qué es el probate y por qué es importante evitarlo?

Al fallecer una persona, la mayoría de sus activos quedan congelados hasta que se valida su testamento, se pagan todas sus deudas y se identifican a los beneficiarios. Este proceso legal, conocido como probate, puede variar en duración, desde una rápida gestión hasta un proceso frustrante y lento.

Los activos de la cuenta de retiro tienen el potencial de evitar el probate, incluidas las cuentas de jubilación individuales (IRAs), 401(k)s, 403(b)s y otros tipos menos comunes de cuentas de retiro. La razón radica en que al abrir una cuenta de retiro, se incluye la designación de uno o más beneficiarios que heredarán la cuenta al fallecimiento del propietario.

El contrato entre el titular de la cuenta y el custodio reemplaza al testamento para estos activos, manteniéndolos fuera del probate. Además, en esta situación, los acreedores no pueden acceder a las cuentas para cobrar deudas.

Errores al seleccionar beneficiarios que pueden costarte caro

Hay varias formas en las que las cuentas de retiro pueden terminar en probate, y esto generalmente se debe a un error en la designación de beneficiarios. Algunos ejemplos de cómo puede ocurrir esto son:

  • No designar a tu cónyuge, si es necesario. En estados de bienes comunitarios, un cónyuge tiene derecho a la mitad de lo que el otro añade a su cuenta de retiro durante el matrimonio. Si el propietario de la cuenta nombra a otros beneficiarios además de su cónyuge, éste puede reclamar parte de los activos, llevando las cuentas de retiro al probate.
  • Nombrar un fideicomiso o tu patrimonio como beneficiario. Si no designas a ninguno de tus herederos como beneficiarios de tus cuentas de retiro, tus activos tendrán que pasar por el probate. Esto puede complicar aún más las cosas, ya que tu patrimonio se convierte en un beneficiario no designado, con reglas especiales como la distribución del dinero en un plazo de cinco años después de tu fallecimiento.
  • Nombrar a un menor de edad como beneficiario. Si designas a un menor como beneficiario, alguien debe administrar esos activos hasta que el menor alcance la mayoría de edad. Este proceso puede incurrir en costos que afecten el valor de tu patrimonio.

Consideraciones especiales sobre beneficiarios y probate

Es esencial revisar tu información de beneficiarios al menos una vez al año o después de cualquier cambio importante en tu vida, como el divorcio, el nuevo matrimonio, el fallecimiento de un beneficiario anterior o el nacimiento de uno nuevo. Esto garantiza que tus activos, incluidas las cuentas de retiro, pasen a quienes deseas sin problemas ni complicaciones adicionales.

En resumen, designar adecuadamente a tus beneficiarios es fundamental para evitar que tus cuentas de retiro pasen por el probate y para garantizar que tus seres queridos reciban los activos de manera rápida y eficiente al fallecer. ¡No dejes pasar la oportunidad de proteger tu patrimonio!