Si te sientes listo para comprar una casa, es probable que te preguntes “¿Cuánto puedo permitirme?” Pero responder a esa pregunta implica considerar varios factores. Antes de adquirir esa aparente gran compra de una casa, aprende a analizar qué significa “asequibilidad”. Necesitarás considerar diversos factores que van desde la relación deuda-ingresos (DTI, por sus siglas en inglés) hasta las tasas de hipoteca.
¿Qué es la Relación Deuda-Ingresos y por qué es importante?
Determinar tu relación deuda-ingresos (DTI), específicamente el DTI de la parte frontal, es un factor importante para obtener una hipoteca. También debes considerar cuál es el pago inicial que puedes permitirte, ya que impactará tu capacidad para comprar una casa. Más allá del precio de la propiedad, muchas otras consideraciones financieras y de estilo de vida deben entrar en tus cálculos sobre si puedes permitirte comprar una casa.
- Evalúa el mercado inmobiliario local.
- Considera la perspectiva económica.
- Piensa en tus necesidades de estilo de vida actuales y futuras.
Comprende tu Relación Deuda-Ingresos Primero
El primer punto de decisión más evidente implica el dinero. Si tienes los medios suficientes para comprar una casa al contado, entonces seguramente puedes permitirte comprar una ahora. Incluso si no pagaste al contado, la mayoría de los expertos estarían de acuerdo en que puedes permitirte la compra si calificas para una hipoteca en una nueva casa. ¿Pero cuánta hipoteca puedes permitirte?
El estándar de la relación deuda-ingresos del 43% generalmente se utiliza como una guía para aprobar hipotecas. Este ratio determina si el prestatario puede hacer sus pagos cada mes. Dependiendo del mercado inmobiliario y las condiciones económicas generales, algunos prestamistas pueden ser más flexibles o rígidos.
Un DTI del 43% significa que todos tus pagos de deudas regulares, más tus gastos relacionados con la vivienda, no deberían ser más del 43% de tus ingresos brutos mensuales.
Por ejemplo, si tus ingresos brutos mensuales son de $4,000, y ya tienes obligaciones mensuales de $480, entonces teóricamente podrías permitirte hasta $1,240 adicionales al mes para una hipoteca y aún estar dentro del máximo DTI. Sin embargo, menos deudas siempre es mejor.
Lo que los Prestamistas de Hipotecas Quieren
También necesitas considerar la relación deuda-ingresos de la parte frontal, que calcula tus ingresos en comparación con la deuda mensual que incurrirías solo por gastos de vivienda, como pagos de hipoteca y seguro hipotecario.
Por lo general, a los prestamistas les gusta que este ratio no sea superior al 28%. Por ejemplo, si tus ingresos son de $4,000 al mes, tendrías dificultades para ser aprobado por $1,720 en gastos mensuales de vivienda, incluso si no tienes otras obligaciones. Para un DTI de la parte frontal del 28%, tus costos de vivienda deberían ser inferiores a $1,120.
Por qué no podrías usar tu relación completa deuda-ingresos si no tienes otra deuda? Porque a los prestamistas no les agrada que vivas al límite. Las desgracias financieras suceden: pierdes tu trabajo, tu coche se daña, una discapacidad médica te impide trabajar por un tiempo. Si tu hipoteca es el 43% de tus ingresos, no tendrías margen de maniobra cuando quieras o debas incurrir en gastos adicionales.
¿Puedes Permitirte el Pago Inicial?
Es mejor dar un pago inicial del 20% del precio de tu casa para evitar pagar un seguro hipotecario privado (PMI, por sus siglas en inglés). Opciones como un préstamo de la FHA te permiten comprar una casa con un pago inicial de tan solo el 3.5%, pero hay ventajas en aportar más. Un mayor pago inicial también significa:
- Pagos de hipoteca más pequeños.
- Más opciones entre prestamistas.
Debes ser honesto sobre el nivel de riesgo financiero con el que te sientes cómodo viviendo. En última instancia, evalúa si puedes permitirte afrontar los pagos de manera sostenible a lo largo del tiempo.
El Mercado Inmobiliario
Después de tener tus finanzas bajo control, tu siguiente consideración es la economía del mercado inmobiliario, ya sea en tu ubicación actual o en la que planeas mudarte. Tener el dinero para hacer la compra es excelente, pero no responde a si la compra tiene sentido desde una perspectiva financiera.
Una forma de hacerlo es: ¿Es más barato alquilar que comprar? Si comprar resulta ser menos costoso que alquilar, eso es un fuerte argumento a favor de la compra. También vale la pena pensar en las implicaciones a largo plazo de la compra de una casa.
Si compras la propiedad con la creencia de que aumentará de valor con el tiempo, asegúrate de tener en cuenta el costo de los pagos de interés de tu hipoteca, mejoras en la propiedad y el mantenimiento continuo en tus cálculos.
El Pronóstico Económico
De igual modo, hay años en los que los precios de la vivienda están deprimidos y años en los que están anormalmente altos. Si los precios son tan bajos que es obvio que estás obteniendo un buen trato, puedes tomar eso como una señal de que puede ser un buen momento para hacer tu compra.
Las tasas de interés, que desempeñan un papel destacado en determinar el tamaño de un pago hipotecario mensual, también tienen años en los que son altas y años en los que son bajas, lo cual es mejor. Por ejemplo, una hipoteca a 30 años (360 meses) con un préstamo de $100,000 a un interés del 3% te costará $422 al mes.
Considera tus Necesidades de Estilo de Vida
Si bien el dinero es una consideración importante, muchos otros factores podrían afectar tu momento. Si tu necesidad de espacio adicional es inminente, como la llegada de un nuevo bebé o un familiar mayor que no puede vivir solo, debes tenerlo en cuenta.
Si planeas comprar otra casa, guarda las ganancias de tu casa actual en una cuenta de ahorros y determina si podrás permitirte la hipoteca después de considerar otros gastos necesarios como pagos de automóvil o seguro de salud.
¿Planeas Quedarte?
La asequibilidad debería ser lo primero en lo que te fijas en una casa, pero también es mejor saber cuánto tiempo quieres vivir allí. Si no lo sabes, podrías quedarte atascado en una casa que no puedes permitirte en una ciudad o pueblo del que estás listo para irte. Muchos expertos financieros sugieren vivir en una casa durante cinco años antes de venderla como una guía. También debes considerar los costos involucrados en comprar, vender y mudarse.
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