En los últimos años, la diferencia entre dos tasas de interés importantes, la Tasa Interbancaria Ofrecida de Londres (LIBOR, por sus siglas en inglés) y la tasa de Swap Indexado al Índice de Referencia (OIS, por sus siglas en inglés), ha cobrado gran relevancia en el sector financiero. Anteriormente, esta diferencia era mínima y pocos operadores le prestaban atención, pero todo cambió durante la crisis financiera que comenzó en 2007 y que se agravó en 2008 cuando la LIBOR se disparó en relación al OIS.

¿Qué son la LIBOR y la OIS y por qué importan?

La LIBOR, oficialmente conocida como ICE LIBOR desde febrero de 2014, era el promedio de la tasa de interés que los bancos se cobraban entre sí por préstamos a corto plazo sin garantía. Por otro lado, la tasa OIS representa la tasa de interés clave de un país, como la tasa de fondos federales en los Estados Unidos, controlada por la Reserva Federal. Estas tasas afectan a productos financieros como hipotecas, préstamos estudiantiles y tarjetas de crédito.

¿Por qué la variación en estas tasas importa?

Durante tiempos de crisis, las preocupaciones sobre la solvencia de los bancos llevaron a un aumento significativo en la diferencia entre la LIBOR y la OIS. Antes de la crisis de las hipotecas subprime, esta brecha era mínima, pero durante lo peor de la crisis financiera, esta diferencia se amplió a 3.65 puntos porcentuales. La diferencia entre la LIBOR, con cierto riesgo crediticio, y la prácticamente libre de riesgos OIS, reflejaba el nerviosismo en el sector financiero.

¿Qué significó la variación en las tasas?

La variación en la diferencia entre la LIBOR y la OIS fue un indicador clave del riesgo crediticio dentro del sector bancario. Durante la crisis financiera, esta brecha se ensanchó considerablemente, siendo más pronunciada en las tasas a largo plazo. La preocupación por la solvencia y el nerviosismo en los mercados financieros se reflejó en esta diferencia de tasas.

¿Por qué la diferencia entre la LIBOR y la OIS era importante?

La diferencia entre la LIBOR, con cierto riesgo crediticio incorporado, y la OIS, prácticamente libre de tales riesgos, era un indicador crítico del estado de los mercados financieros. Cuando esta brecha se ampliaba, era una clara señal de que el sector financiero estaba bajo presión y en peligro.

En resumen, la diferencia entre la LIBOR y la OIS era mucho más que un simple cálculo matemático; era un termómetro de la estabilidad financiera. Durante tiempos de incertidumbre, esta brecha se volvía un indicador importante del riesgo crediticio y la confianza en el sistema bancario.