Los presidentes de Estados Unidos, aunque ocupan una de las posiciones más poderosas del planeta, no siempre han sido los más ricos. Varios de los hombres que han ocupado la Casa Blanca pasaron por tiempos difíciles en su vida temprana. Aunque muchos prosperaron financieramente antes y después de la presidencia, algunos nunca lograron obtener ingresos particularmente altos.

¿Quiénes fueron los presidentes más pobres de Estados Unidos?

El sitio web 24/7 Wall St. examinó diversas fuentes, incluyendo propiedades inmobiliarias, salarios, herencias y regalías de libros, para determinar la riqueza personal de cada presidente. A continuación, te presentamos una lista de los presidentes más pobres de Estados Unidos, medidos por su riqueza máxima durante su vida.

1. Harry S. Truman

El presidente Harry S. Truman pasó gran parte de su vida en apuros financieros. Criado en Missouri rural, tuvo una humilde crianza y luchó financieramente. Tras prestar servicio militar en la Primera Guerra Mundial, abrió una tienda de ropa para hombres que pronto quebró, dejándolo al borde de la bancarrota.

Truman tuvo ingresos principalmente de una pequeña pensión de $1,350 al año de su servicio en el ejército, no como comandante en jefe. Aunque se negó a aceptar trabajos corporativos bien remunerados después de su presidencia, vendió los derechos de sus memorias por $600,000 en la década de 1950.

2. Calvin Coolidge

Calvin Coolidge, conocido por sus recortes de impuestos y enfoque de laissez-faire en los negocios, no era particularmente rico. Creció en Vermont, donde su padre trabajaba en una tienda de abarrotes. Coolidge dirigió un modesto despacho de abogados en Massachusetts y luego ascendió lentamente en la política, llegando a la presidencia en 1923 tras la muerte de Warren Harding.

En su pospresidencia, Coolidge generó ingresos de una respetable columna de revista y escribiendo su autobiografía.

3. James A. Garfield

El presidente James A. Garfield nació en la pobreza y creció en una cabaña de troncos en Ohio. Trabajó en varios empleos para pagar sus estudios universitarios. A pesar de su distinguido currículum, Garfield nunca acumuló grandes sumas de dinero. Murió asesinado solo seis meses después de asumir la presidencia en 1881.

4. Woodrow Wilson

Woodrow Wilson, hijo de un ministro presbiteriano, pasó gran parte de su carrera en la academia. Fue el único presidente de Estados Unidos con un doctorado. Lideró la nación durante la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, abogó por la Liga de Naciones. Aunque no era pobre, Wilson nunca acumuló una gran riqueza.

5. Chester Arthur

Chester A. Arthur, hijo de inmigrantes irlandeses, pasó la mayor parte de su vida adulta en el sector público. Fue vicepresidente de James Garfield y asumió la presidencia tras el asesinato de Garfield. Aunque no era particularmente rico, Arthur disfrutaba de las cosas finas de la vida y obtuvo fondos del Congreso para amueblar la Casa Blanca a su gusto.

¿Cómo se les paga a los presidentes?

Los presidentes ganan un salario relativamente modesto de $400,000 mientras ocupan el cargo. Después de la presidencia, muchos obtienen ingresos a través de lucrativos acuerdos de libros y conferencias. Bill Clinton ganó $15 millones por su libro “Mi Vida”, George W. Bush obtuvo alrededor de $10 millones por “Decision Points” y Barack y Michelle Obama firmaron un contrato de libros conjunto por unos estimados $65 millones.

¿Por qué es importante este tema?

Comprender la situación financiera de los presidentes de Estados Unidos, incluso los más pobres, nos brinda una perspectiva única sobre cómo han manejado sus finanzas a lo largo de la historia. A pesar de las dificultades financieras que algunos pudieran enfrentar, la mayoría de los presidentes lograron tener una vida cómoda gracias a los beneficios y oportunidades que surgieron de su tiempo en el cargo.

Conclusión

A lo largo de la historia de Estados Unidos, los presidentes han provenido de diversos orígenes financieros. Desde aquellos que crecieron en la pobreza hasta los que tuvieron una gran riqueza, cada uno dejó su huella en la historia del país. Aunque la presidencia conlleva una enorme responsabilidad, también ofrece oportunidades financieras únicas que han permitido a muchos presidentes tener una vida cómoda después de dejar el cargo.